LAS DESCRIPCIONES. EL ESPACIO. EL AMBIENTE

A partir de los años sesenta, deben destacarse, como novedad, ciertas descripciones que abandonan su tradicional función ambientadora para adquirir un valor en sí. En algunas novelas son tan minuciosas que la acción o los personajes pasan a un segundo plano. Lo más frecuente es que sirva para trasmutar poéticamente la realidad y así acentuar el problema presentado. Puede reforzar el sentido negativo cuando se trata de denunciar un comportamiento social: en una descripción intencionada se seleccionan los elementos que al escritor le interesan para intensificar un sentimiento concreto.
En Crónica de una muerte anunciada abundan las alusiones a la suciedad, el calor sofocante y la pestilencia. Recordemos la basura en las calles después de la fiesta, la descripción de la autopsia y la del asesinato, la blenorragia de Pedro Vicario, la diarrea de Pablo, los trajes empapados en sudor, la tierra en los intestinos de Santiago Nasar agonizante, tripas que luego querían comerse los perros, el olor del muerto y sus heces. Esto crea una atmósfera desagradable que está muy de acuerdo no sólo con el crimen denunciado, sino también con la miseria moral de la mayoría de los personajes. No hay duda de que la intención del autor era producir un sentimiento de asco.
ESPACIO FÍSICO. La novela está ambientada en el pueblo natal de Gabriel García Márquez (Aracataca), situado casi al pie de la Sierra de Santa Marta (Andes colombianos), sobre la costa del mar Caribe. También se hacen algunas referencias a pueblos como Manaure y Riohacha.  Se reflejan distintos ambientes: un puerto, una plaza, que junto con algunas casas (la de Santiago, Mª Alejandrina, Luisa Santiaga...) es donde suceden buena parte de las acciones.
 ESPACIO ÉTICO-MORAL. El principal valor es el de la vida, pero este es anulado por el del HONOR. Los hermanos Vicario asesinaron a Santiago Nasar porque supuestamente (no hay certeza del hecho), él deshonró a Ángela Vicario. Por tal motivo el esposo, la noche de bodas, la devolvió a su madre. Ángela le confesó a Bayardo que no era virgen. No quiso engañarlo fingiendo ser casta y pura. Él, en vez de alabar su sinceridad, la abandonó como si fuera una mujer con una enfermedad incurable. Para rescatar el honor de la mujer, la familia se ve obligada a resolver el conflicto de una manera u otra. En la obra aparece como natural el crimen, el abogado postula como delito el homicidio en legítima defensa del honor, por consiguiente los gemelos quedan libres.

ESPACIO SOCIAL. La clase alta está representada por el poderío de Santiago Nasar y la riqueza de Bayardo San Román;  la clase media, por la autoridad civil y eclesiástica y los amigos de Nasar; la clase baja, que observamos en la familia Vicario o en Victoria Guzmán.

ESPACIO ECONÓMICO. Se hace ostentación de riqueza por parte de Bayardo San Román y su familia, tanto en el planeamiento de la boda como de los regalos llevados.


ESPACIO RELIGIOSO. La religión es cómplice del asesinato. Por medio del Padre Amador justifica la muerte porque es un asunto de honor. Por ello el padre termina con un sentimiento de culpa sin redimir y se encierra en la tenebrosa Casa de Salud de Calafell. La religión y las creencias de los individuos se presentan como una mezcla de fetichismo, superstición, milagrería, credulidad y simplismo; se incluye aquí, también, el tema de la figura del obispo y su visita frustrada, tratado desde un punto de vista crítico, con matices paródicos, irónicos.


ESPACIO JURÍDICO. Llega un juez, después de tres años del crimen. Se realiza el juicio, pero los hermanos Vicario salen absueltos, a pesar de que nunca se pudo probar que Santiago cometiera el “crimen” de quitarle la honra a Ángela.